Aunque la bajada de temperaturas provoca en el rostro irritación, sequedad extrema, incluso eccemas o dermatitis, no todo es negativo cuando se trata de hablar de los efectos que el frío provoca. El frío y el calor siempre se han utilizado en estética para estimular o aliviar la piel, pero sus efectos no van más allá de las sensaciones agradables y relajantes que producen los masajes y tratamientos superficiales. Ya lo sabía Paul Newman que no dudaba en meter su rostro en un cubo repleto de cubos de hielo antes de un rodaje. No solo conseguía relajar su musculatura y reducir las bolsas. Su efecto es tan rejuvenecedor que era y sigue siendo imitado, eso sí, ahora con técnicas más elaboradas. Y el motivo no es otro que la reacción de nuestro organismo frente al frío. Se defiende aumentando el torrente sanguíneo y enviando los nutrientes que nuestra piel necesita. Si nos centramos en los beneficios que aporta al organismo no olvidemos que el frío resulta muy efectivo también para aliviar piernas cansadas y atacar la celulitis. El frío estimula la circulación sanguínea permitiendo la penetración del cóctel de sérums adaptado a las necesidades de la piel tratada. ¿Cómo emplear los globos de hielo? Hay que mantenerlos siempre a baja temperatura y utilízalos con la piel limpia, con movimientos ascendentes: .-. Empezar recorriendo la zona del mentón y mandíbula, y ascender hasta los pómulos. .-. Es importante detenerse en la zona externa de los ojos para reducir y alisar las arrugas que los rodean. Las bolsas y ojeras también agradecerán que trabajes esta zona con delicadeza consiguiendo drenar y activar la microcirculación y que los principios activos aplicados a continuación penetren mejor. .-. En las arrugas de la frente desplazar los globos de hielo insistiendo en el ceño para mitigar la temida arruga de león. ¿Cuáles son los beneficios de los globos de hielo? 1) Activan los fibroblastos y generan colágeno y elastina. 2) La piel recupera la elasticidad, consiguiendo borrar las líneas de expresión y difuminar arrugas. 3) El aspecto de la piel mejora sensiblemente recuperando la luminosidad y la firmeza perdidas. 4) Consiguen un efecto detox que tu piel agradecerá relajando las facciones. 5) Estimulan la circulación sanguínea, recolocan, redefinen, reducen y previenen arrugas y marcas de expresión. 6) Drenan y combaten bolsas y ojeras. En el box de tratamientos faciales se puede incorporar tecnología inspirada en el poder del frío con el fin de activar los fibroblastos y generar colágeno y elastina. La piel recupera la elasticidad, borra las líneas de expresión y difumina arrugas, en el caso de las terapias faciales. En los tratamientos corporales quema grasa, combate la flacidez, incluso elimina toxinas. El aspecto de la piel mejora y se activa la circulación combatiendo el efecto piernas cansadas. Si se incorporan a la rutina de belleza diaria, muy pronto se notan los resultados. Es una ayuda para entrenar la musculatura con un aliado extraordinario. En definitiva, el frío es un aliado de belleza perfecto. Eso sí, aplicado siempre con sensatez. Fuente 1 Fuente 2 |
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