La ciencia detrás del adelgazamiento es relativamente sencilla. alimentos para acelerar tu metabolismo y ayudarte a adelgazar
La ciencia detrás del adelgazamiento es relativamente sencilla. alimentos para acelerar tu metabolismo y ayudarte a adelgazar
La ciencia detrás del adelgazamiento es relativamente sencilla. Aunque existen factores que lo complican o lo facilitan mucho, como nuestra genética o nuestro trabajo (un minero consume más calorías que un oficinista), pero a fin de cuentas lo verdaderamente importante es que si las calorías que ingerimos son inferiores a las que gastamos, adelgazaremos, y si son superiores, ganaremos masa grasa. Así de simple.
En definitiva Nuestros depósitos de grasa son una reserva energética que el organismo guarda para momentos de necesidad. Desde luego esto tenía más sentido hace 5.000 años, cuando a veces comíamos y otras veces no.
Ahora que no tenemos, al menos en el mundo desarrollado, periodos de hambruna, la acumulación excesiva de grasa solo supone riesgos para nuestra salud y, además, salirnos de los cánones de belleza establecidos culturalmente (lo que a su vez supone un riesgo para nuestra salud mental).
El problema es poder calcular el gasto energético es mucho más complicado de lo que parece. Como se explican en un estudio los investigadores Kevin D. Hall, Steven B. Heymsfield, Joseph W. Kemnitz, Samuel Klein, Sale A. Schoeller y John R. Speakman, de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, y de la Universidad de Aberdeen, en el Reino Unido, existen tres componentes principales de lo que se define como ‘gasto calórico total’:
- Metabolismo basal. Consiste en la cantidad de calorías que tu cuerpo quema para poder seguir funcionando cuando estamos en reposo. En esta categoría entra la respiración, el latido de nuestro corazón, el funcionamiento del hígado y del cerebro…
- Termogénesis (también conocido como ‘efecto térmico de los alimentos’). Comprende la cantidad de calorías que utiliza nuestro organismo para digerir, absorber y metabolizar la comida y sus nutrientes.
- Gasto de actividad física. Mover nuestros 650 músculos esqueléticos requiere, como es lógico, un gran gasto calórico al que también se le suma lo que consumimos de otros modos al llevar a cabo alguna actividad, como el gasto energético cerebral mientras trabajamos delante de un ordenador.
Recordamos e insistimos que realizar ejercicio físico es una de las formas más habituales de acelerar nuestro metabolismo, es decir, de conseguir quemar más calorías cuando estamos en reposo, pero nuestra alimentación también puede echarnos una mano en esto:
Té verde
Para notar resultados al consumir té verde es necesario tomar dos o cuatro tazas al día. Contiene catequinas, un potente antioxidante que puede acelerar el metabolismo temporalmente durante las horas posteriores a la ingesta. Además, resulta muy útil para reducir la grasa abdominal.
También el café consigue este efecto activador, porque su contenido en cafeína puede aumentar la tasa metabólica.
Chile o cayena
Estos alimentos picantes contienen capsaicina, que produce sensación de saciedad y favorece la eliminación de las grasas. Producen un incremento de la temperatura corporal, lo que aumenta el metabolismo basal hasta un 25% durante las horas posteriores a su consumo.
Lentejas
Siempre es buena idea incluir las legumbres en nuestra dieta, no solo porque son muy versátiles y ricas, también porque aportan numerosos beneficios a la salud. Su alto contenido en proteínas hace que el cuerpo gaste más energía en digerirlas.
Las lentejas, en concreto, son ricas en fibra y almidón, por lo que resultan saciantes y favorecen nuestro tránsito intestinal, además son bajas en grasa.
Carnes magras
Los alimentos ricos en proteínas contribuyen a acelerar tu metabolismo durante unas horas porque aumentan el efecto térmico del cuerpo y consumen mucha energía, aumentando la tasa metabólica más que otros.
Siempre será mejor consumir las piezas con menos grasa. En esta misma categoría podemos incluir los huevos y el pescado, que además contiene ácidos grasos beneficiosos como el omega 3, como sucede con el salmón.
Arroz integral
Incluir en la dieta cereales en su versión integral es interesante porque el cuerpo emplea el doble de energía para digerirlos que con los cereales refinados. Resultan más saciantes y son ricos en fibra, sobre todo en el caso del arroz integral y la avena.
Comentarios
Publicar un comentario