Llega la primavera con sus ya conocidas Alergias y efectos en la Piel
El porcentaje de población afectada por alergia primaveral crece cada año, algo que parece estar estrechamente ligado a los cambios climáticos y el aumento de la contaminación ambiental que sufrimos a nivel global, particularmente destacable en los entornos urbanos. La primavera es un momento de grandes cambios para la piel, pasando de estar cubierta durante meses, a exponerse al sol con prendas propias de esta época. Por este motivo la piel por tanto está más blanca, y precisa de hidratación y nutrición, además de la protección solar adecuada, para afrontar estas primeras exposiciones sin quemarse. La piel puede por tanto mostrarse irritada, es nuestro órgano más grande y más expuesto, y la alta carga de alérgenos del ambiente que se posan en ella, pueden despertar su respuesta inflamatoria de defensa, que sentimos con una intensa sensación de ardor, rojeces, prurito... Es muy importante recordar que cuando sentimos picor en la piel, es importante evitar rascarse es casi imposible. Hacerlo puede agravar el problema y desembocar en ronchas, arañados y un debilitamiento, incluso rotura, de la capa protectora natural de la piel, y con ello, la entrada de gérmenes que pueden crear infecciones. Es bien conocido que cuidar la piel es un gesto básico, diario y universal independientemente de la época del año. Pero ante esta realidad primaveral, y para minimizar al máximo la reactividad de la piel ante los alérgenos y desencadenar toda la serie de reacciones que hemos visto, reforzar la función barrera con el exterior es clave. |
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