SPF biológico, químico y físico

SPF biológico, químico y físico

SPF biológico, químico y físico


El SPF es el tiempo de protección solar que tenemos ante la exposición a los rayos solares. Este factor actúa multiplicando el tiempo al que la piel puede estar expuesta al sol. Pero claro, este tiempo depende también del tipo de piel de cada persona. Según la clasificación ideada en 1975 por Thomas B. Fitzpatrick dermatólogo de la Universidad de Harvard, existen 6 clases diferentes en base a su tonalidad, facilidad para quemarse y capacidad para broncearse. Es lo que se conoce como el fototipo.
Por ejemplo, las pieles más claras de fototipo tipo I, pueden resistir al sol sin quemarse unos 10 minutos. Así pues, una crema con un factor de protección solar 30, multiplicará por 30 el tiempo que una persona con ese tipo de piel puede estar expuesta al sol. Es decir, si una persona con este tipo de piel, una vez aplicada la crema, podría estar al sol durante unos 300 minutos sin quemarse. Una piel del tipo 2 puede resistir 20 minutos al sol sin quemarse por lo que, al aplicar una crema de 50 FPS, puede estar expuesta al sol durante 1.000 minutos sin quemarse.
Llegan los días de calor, playa y sol; mucho sol. Para protegerse de la radiación ultravioleta la mayoría de la gente utiliza productos para la protección y es aquí donde surge la duda sobre qué tipo de protector solar utilizar. Pues es una cuestión de preferencia y fototipo.  La elección de este factor depende del fototipo (la capacidad de la piel para broncearse), que podemos conocer por el color de piel, cabello y ojos de la persona.
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La principal diferencia entre los filtros es:

.-. Los filtros físicos (normalmente de origen mineral) crean una película en la piel que refleja los rayos solares.
.-. Los químicos u orgánicos penetran en el tejido y crean una reacción que es la que crea la capacidad protectora, transformando la energía solar en calor para que no sea tan nociva.

Filtros Químicos u orgánico:

Los químicos penetran en el tejido y crean una reacción que es la que crea la capacidad protectora, transformando la energía solar en calor para que no sea tan nociva.
En contraposición a los físicos, son muy cosméticos y no deshidratan ni dejan marcas blancas, pero se pueden degradar.
En el pasado reciente a pesar de su eficacia son muchos filtros químicos tienen mala fama puesto que hay un largo recorrido de marcas que usaban principios inestable e incluso tóxicos para la piel o con cierta inestabilidad…. Pero esto nada tiene que ver con los filtros de última generación que usan la mayoría marcas actualmente de manera responsable. Pues no tiene sentido vender un filtro que proteja la piel y que, a la vez, sea tóxico.
En definitiva el ciudadano puede estar tranquilo con su protector solar y no alarmarse por la presencia de químicos: en el Reglamento sobre los productos cosméticos del BOE aparecen todos los filtros solares admitidos para su uso, y todas las cremas pasan un riguroso proceso de validación.

SFF Biológico:

Son los antioxidantes lo que se ha denominado como SPF biológico puesto que hacen a la piel más resistente.
Si bien son un gran apoyo contra la radiación, requieren de aliados como un SPF físico o uno químico.

SFF Físicos:

Los filtros físicos (normalmente de origen mineral) crean una película en la piel que refleja los rayos solares.
Como podemos ver los tres tipos de filtros ejercen su función protectora de diferente forma y es por ello por lo que en la actualidad son muchas las marcas comerciales que en sus productos de protección solar combinan los filtros físicos con los químicos y antioxidantes (biológicos) añadiendo a las fórmulas ingredientes que refuerzan la función antioxidante de la piel para, en conjunto, crear una protección lo más completa posible de la piel.
Una de sus mayores ventaja de estos filtros es que no se gastan, un fluorescente lo es siempre, aunque incida el sol.
Alguno de sus inconvenientes: son deshidratantes y resecan mucho la piel, y dejan el típico rastro blanco.
Actualmente, hay mejoras innovadoras, como los filtros nanoparticulados, que minimizan las partículas y evitan el intenso color blanco.


¿Por qué reaplicar el SPF cada dos horas?

Porque la capacidad del filtro se ve reducida por factores externos, como el agua (en tiempos de piscina o playa) o el propio sudor, derivando en una menor cantidad disponible de la que inicialmente habíamos aplicado.
Además, debemos tener en cuenta que el tiempo medio de máxima eficacia de un filtro está en torno a las dos horas de vida, por eso es tan importante reaplicar-lo pasado este tiempo.
Sirva como ejemplo que hay muchos filtros solares que son inestables tras una hora de exposición al sol, como la oxibenzona, por ejemplo, cada vez menos presente en estos productos por la poca calidad que ofrece y sus efectos nocivo.

¿Cuánta crema solar y cuándo hay que echársela?

Según los dermatólogos, se deben aplicar unos 2 mililitros de crema por cada 2 centímetros cuadrados de piel.

Importante recordar ….

El ciudadano puede estar tranquilo con su protector solar y no alarmarse por la presencia de químicos: en el Reglamento sobre los productos cosméticos del BOE aparecen todos los filtros solares admitidos para su uso, y todas las cremas pasan un riguroso proceso de validación.
Para finalizar y como cada año, volvemos a recordar los mensajes para concienciar sobre la importancia de usar protector solar. Así lo transmite los miembros de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y  EVITA LA EXPOSICIÓN DEL SOL.

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